Donnerstag, 3. Mai 2012

LEYENDA DE LA VIRGEN DE LAS MERCEDES

Por: Maurilio Mejía Moreno
El autor y la Virgen de las Mercedes

     Por lo común, el origen de muchos santos o santas que ahora son patrones de los pueblos, se pierde en el piélago de los tiempos. Sólo existen leyendas que, de boca en boca y de generación en generación, vienen trasmitiéndose.

     Así, por ejemplo, el origen de la Virgen de las Mercedes, Patrona del distrito de La Merced, de la provincia de Aija, se envuelve en leyendas que permítome narrar en estas líneas.

     Más o menos, a fines del siglo XVII, en fecha no precisa, dos extraños viajeros, después de sus largas y penosas jornadas con pesado bulto a espaldas, llegaron a descansar a la vera del camino de Kanyaspampa, en el mismo sitio donde se juntan los caminos de La Merced y de Huaraz a Aija, a la hora en que las sombras de los cerros del Occidente llegaban ya a Mallchán con los colores de una tarde otoñal.

     Una alta y delgada mujer que venía de Aija se les acercó conversándoles en esta forma:
     – ¿Qué imagen es esta?
     – La de la Virgen de las Mercedes, mamita –contestaron sorprendidos y huraños.
     – ¿De dónde vienen? –volvió a preguntarles la fisgona.
     – De Sihuas, mamita –respondieron con rapidez. En Carhuaz hemos dejado otra igual –agregaron apesadumbrados y con manifiesto cansancio de largo viaje.
     – ¿Y a dónde van ahora? –les inquirió la curiosa mujer.
     – A Coris, mamita –concluyeron los transeúntes a una sola voz.
     – ¿Cuánto es la limosna de la Virgencita tan linda? –preguntóles, por última vez, la ingenua mujer. Pero, esta vez, ellos no contestaron la pregunta, más bien dedicáronse a descubrir a la imagen para que la viera. Vio la sencilla mujer y la veneró con frucición mística, con profunda fe cristiana, continuando luego su camino.

     Los forasteros quedáronse sentados. Mientras tanto la tarde se acortaba, por lo que, después de mirar los negros y amplios horizontes, dispúsiéronse a continuar el viaje, pero con cierta pigricia. ¡Cuán grande les sería la sorpresa cuando se dieron cuenta de que la Imagen estaba inmovible! Habíase puesto tan pesada que no pudieron alzarla. Asombrados llamaron a la señora que ya estaba por ocultarse por la cumbre de Cuírap. Ella volvió, y, al informarse del maravilloso suceso, dijo:

     – ¡Ah!, esta Virgen quiere ir a mi Estancia “El Ingenio” –agregó compadecida de la situación de los viajeros que a esas horas ya no tenían a donde quien llegar, puesto que la noche les caería apenas entrando a Aija.

     Miráronse los viajeros, y, agradecidos, aceptaron la gentil propuesta. Alzaron a la Virgen. ¡Oh, qué sorpresa! ¡Ya no pesaba nada!

     Los pasajeros caminaron contentos hacia “El Ingenio” en compañía de la amable mujer. En el trayecto iban narrando las hazañas de sus viajes y la vida de la santísima Virgen de las Mercedes.

     En “El Ingenio” quedóse la Virgen entronizada como Patrona. De inmediato los naturales le construyeron un pequeño oratorio en la parte occidental del río Pescado, al pie de la casa hacienda de doña Alejandrina Larragán, donde existe aún algunas huellas de los cimientos. En este lugar, en el siglo XVII, comenzaron a rendirle culto cada 25 de setiembre y no el 24, su legítimo día, porque para esta fecha era difícil conseguir sacerdote que fuera a “El Ingenio”, puesto que tenía que celebrar la Misa Oficial de la misma Virgen en Aija, como en la hora actual.

     De año en año su festividad se hizo más pomposa y lucida con la fundación de los fuegos artificiales, corridas de toros, etc., que realizábanse en la recientemente delineada Plaza de Armas, lejos de su ermita, y en el lado oriental del río Pescado. Este hecho motivó para que los de una y otra banda del citado río, que cruza a todo el valle mercedino; es decir, los occidentales, dueños de la Virgen, y los orientales, dueños de sus fiestas, entraran en enconadas disputas, y que, cada 25 de setiembre, ebrios de alegría y dueños de su propia fe profunda, se trenzaban en duras y sangrientas peleas campales, cuerpo a cuerpo, con piedras, palos y hondas, en la Plaza de Armas y terminaban en todo el largo del río Ashcu. Esto lo hacían todos los años como ya algo tradicional. Todavía con estas escenas barbarotas la fiesta patronal era buena, y sin ellas, mala.

     Por eso, al comenzar el siglo XIX, la Virgen milagrosa, para calmar los ánimos bélicosos de sus siervos, por las noches empezó a salirse de su ermita hacia Kajapampa, que queda en el oriente, en el ángulo formado por los ríos Pescado y Ashcu, más o menos en la parte central de la hondonada del valle mercedino. Ahí amanecía entre las acelgas que habían en un pequeño puquio que existió en el actual Altar Mayor de su glorioso Templo. De esta manera, prácticamente, los de la banda occidental y los de la oriental, empezaron a quitarse a la Virgen. Los primeros, o sean los shupllacnistas, sipcinos y huacninos, devolvían a la Virgen a su sitio, pero Ella siempre repetía sus andanzas nocturnas. Esto sucedió por muchos años hasta que, al fin, los devotos se dieron cuenta de que la Virgen quería ubicarse en medio del valle, en Kajapampa, donde deberían construir su Templo.

     Por esta razón, a fines del siglo XIX, complaciendo el deseo de la milagrosa Imagen, y por acabar los líos bochornosos, sus devotos propusiéronse construirle primero una pequeña Capilla en el sitio elegido por Ella misma, o sea en Kajapampa, propiedad de don Domingo Antúnez, quien tuvo que donar su inmueble.
Sólo así se calmaron los ánimos caldeados de los mercedinos de aquellos tiempos. Y, al comenzar el siglo XX, se empeñaron en construirle el actual Templo donde se le venera. Las peleas aminoraron, y hoy se han enterrado, desde 1936, con la presencia de los custodios del orden. En cambio, la fe y el amor a la Bendita Patrona del Distrito, han crecido tanto hasta que, en la actualidad, el culto a la Santísima Virgen de mi pueblo, es mucho más solemne y reviste características propias de una Fiesta Patronal espléndida y la más sonada en las Vertientes de Ancash.
(Tomado de “Estampas y Cuentos de mi Tierra”, Tomo I, 1986, Aija-Peru)